WASHINGTON—Por medio del Secretariado de Diversidad Cultural en la Iglesia, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos se ha unido a los esfuerzos de la Oficina del Censo estadounidense para alentar a la participación de todos en el Censo 2010, en especial de aquellas comunidades tradicionalmente más difíciles de contar.
“Llevando este mensaje a más de 25.000 parroquias y misiones [en Estados Unidos], esperamos resaltar la importancia de hacerse contar además de canalizar a personas interesadas a solicitar empleo como trabajadores del Censo”, dijo Beverly Carroll, subdirectora para Asuntos Afroamericanos del Secretariado.
Asimismo, el Arzobispo José H. Gómez de San Antonio, presidente del Comité de Obispos para la Diversidad Cultural animó a parroquias y diócesis a alentar localmente a las personas para que participen.
“Es importante correr la voz porque algunas de las poblaciones a las que servimos normalmente tienden a no ser contadas apropiadamente”, dijo el Arzobispo Gómez. “Los párrocos tienen la responsabilidad de conocer a su rebaño. La Iglesia encomienda a obispos, sacerdotes y a sus muchos colaboradores el cuidado de todos los católicos en sus diócesis y parroquias. El Censo de Estados Unidos es una herramienta útil para aprender más sobre el pueblo de Dios, quiénes son y dónde están, y muchos otros datos que nos dan pistas sobre sus vidas, posibilidades y luchas. Una Iglesia que busca evangelizar se caracteriza su alcance comunitario. El Censo nos proporciona información importante para poder hacer eso”.
La información recopilada por el Censo es confidencial y sólo se comparte de forma agregada (en forma de estadísticas) una vez se ha juntado la información de todos los cuestionarios.
El padre jesuita Allan Figueroa Deck, director ejecutivo del Secretariado de Diversidad Cultural hizo hincapié en la importancia social y política de hacerse contar.
“Es en beneficio de la gente el que sean contados”, dijo el Padre Deck. “Esta es la manera en que nuestro país toma decisiones con respecto a la asignación de recursos y a la representación local, independientemente de la raza o el estatus migratorio de las personas. Su participación es vital para asegurar que su comunidad obtiene una porción justa de los fondos federales destinados a escuelas, transporte público, parques y otros servicios.”
Los esfuerzos preparatorios del Censo 2010 ya han comenzado mediante la verificación de direcciones y la búsqueda de apoyos y enlaces comunitarios.
Aproximadamente unos 140,000 trabajadores del Censo, personal contratado de entre las mismas comunidades locales, recorrerán inicialmente la mayoría de los vecindarios para identificar cada domicilio residencial. Esto ayudará a asegurarse de que todas las personas que residen en Estados Unidos reciban un cuestionario del Censo 2010. Añadido esto al uso de nuevas tecnologías, los organizadores esperan que el resultado de este esfuerzo inicial sea la lista de direcciones en Estados Unidos más completa que jamás ha existido.
La Oficina del Censo ha expresado la importancia de la ayuda comunitaria para crear concienciación e incrementar la participación, con la esperanza de recopilar una información más completa y ofrecer una imagen más cercana a la realidad de cada vecindario de Estados Unidos.
“Es fácil y seguro, además de importante, el participar”, afirmó Cecile Motus, subdirectora para Asuntos Asiáticos y de las Islas del Pacífico del Secretariado. “Hemos unido nuestros esfuerzos a los de otras iglesias y grupos comunitarios para alentar a la participación de todos en el Censo 2010 por el bien de nuestras comunidades”.
“Urgimos a los Hispanos/Latinos asegurarse de que se hacen contar”, añadió igualmente Alejandro Aguilera, subdirector para Asuntos Hispanos del Secretariado. “Están en juego la representación en el Congreso así como la asignación de más de $300 billones anualmente en fondos federales. Queremos asegurarnos de que los barrios en que vivimos obtengan la parte que les corresponde. También es de vital importancia el obtener una imagen más exacta de la diversidad presente en la población estadounidense”, afirmó.
Un número creciente de diócesis católicas ya ha comenzado a colaborar con la Oficina del Censo en este esfuerzo.